martes, 8 de mayo de 2012

Un año despues


Ya ha pasado un año, un año. Me parece que fue ayer cuando recibí la llamada y se me paro el corazón. Ya se que hace más de un año de tu accidente, pero hoy hace un año que me faltas. Como siempre entre nosotros nada es normal ni siquiera un aniversario como este. Así fue siempre nuestra amistad, extraña, a veces difícil, pero tan nuestra que nunca la compartimos con nadie.

No creo que te hubiera visto en todo este año, vivías a un océano de distancia pero te sentía ahí a mi lado. Ahora lo que me queda es el vacío de tu ausencia, de tu repentina perdida. Del fin de tu alegría, de saber que tu sonrisa se ha perdido para siempre. Un vacío insoportable.

Un año que te fuiste y el golpe duele como el primer día. Más aun, pues con el tiempo se ha mostrado la magnitud de la perdida. No podría contar las veces que he querido llamarte en este año, las veces que he necesitado oírte, las noches en vela recordándote, las lagrimas que debería haber derramado pero ya no se como hacerlo.

Todavía te debo dos rosas, tú ya me entiendes. No puedo soportar la idea de que ya no estés, de todo lo que te has perdido. Tu perdida ha oscurecido un poco más mi vida.

Recuerdo tantas cosas… tantas risas, tantas caricias, tantos abrazos. Esas noches impagables viendo una vez más “Arsénico por compasión” por que alguna chica te había dejado. Siempre te reías como si nunca la hubieras visto y a mi me encantaba que así fuera. Estabas tan guapa cuando te reías con el pelo despeinado y la camiseta tres tallas más grande, apenas unos minutos después de llorar en mi hombro tu soledad. La soledad más inmerecida que jamás nadie sufrió.

Mi preciosa Natalia que pronto te has ido, que injusta es la vida.


Te hecho mucho de menos, te quiero mucho.

No te olvido.